Evangelio de Marcos capítulo 16
En este capítulo Marcos relata la
victoriosa resurrección del maestro, quién venció la muerte y salió del
sepulcro. Mientras María Magdalena,
María la madre de Jacobo, y Salomé compraban especias aromáticas para ir a
ungir el cuerpo de Jesús. Al llegar muy temprano se dieron cuenta que la piedra
había sido movida y luego vieron a un hombre joven, vestido de blanco y ellas
se asustaron pero él les dijo: “—No se asusten. Ustedes buscan a Jesús el
nazareno, el que fue crucificado. ¡Ha resucitado! No está aquí. Miren el lugar
donde lo pusieron. Pero vayan a decirles a los discípulos y a Pedro: “Él
va delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán, tal como les dijo.” Marcos 16:5-7.
Las mujeres se llenaron de terror y huyeron sin decirle nada a nadie.
Imaginemos por un momento la impresión
de aquellas damas al escuchar esas palabras, el maestro ¡vivo, resucitado!. Eso
sobrepasa todo entendimiento humano, hoy vemos los milagros de Jesús cuando
saca del lecho de muerte a personas como Reina, cuyos médicos les han desahuciado, que han
determinado como incurable e intratable su enfermedad, que no les dan ningún tipo
de esperanzas a sus familiares y todavía así dudamos que Nuestro Padre aún vive
y reina, hermanos entreguemos nuestro corazón a Cristo y el hará milagros en
nuestras vidas, seremos testigos de sus misericordias.
Apariciones y ascensión de Jesús
Cuando Jesús resucitó
en la madrugada del primer día de la semana, se apareció primero a María
Magdalena. Ella fue y avisó a los que habían estado con él, que estaban lamentándose
y llorando. Pero ellos, al oír que Jesús estaba vivo y que ella lo había visto,
no lo creyeron. Después se apareció Jesús en otra forma a dos de ellos que iban
de camino al campo. Éstos volvieron y avisaron a los demás, pero no les
creyeron a ellos tampoco. -He aquí la incredulidad de los Apóstoles-. Por
último se apareció Jesús a los once mientras comían; los reprendió por su falta
de fe y por su obstinación en no creerles a los que lo habían visto resucitado.
Estas
señales acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios; hablarán
en nuevas lenguas; tomarán en sus manos serpientes; y cuando beban algo
venenoso, no les hará daño alguno; pondrán las manos sobre los enfermos, y
éstos recobrarán la salud. Amados siempre habrá situaciones de prueba y nuestra
fe debe ser mayor a la prueba.
Después
de hablar con ellos, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la
derecha de Dios. Los discípulos salieron y predicaron por todas partes, y
el Señor los ayudaba en la obra y confirmaba su palabra con las señales que la
acompañaban.
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