domingo, 13 de octubre de 2013

Evangelio de Marcos 16

Evangelio de Marcos capítulo 16


En este capítulo Marcos relata la victoriosa resurrección del maestro, quién venció la muerte y salió del sepulcro. Mientras María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé compraban especias aromáticas para ir a ungir el cuerpo de Jesús. Al llegar muy temprano se dieron cuenta que la piedra había sido movida y luego vieron a un hombre joven, vestido de blanco y ellas se asustaron pero él les dijo: “—No se asusten. Ustedes buscan a Jesús el nazareno, el que fue crucificado. ¡Ha resucitado! No está aquí. Miren el lugar donde lo pusieron. Pero vayan a decirles a los discípulos y a Pedro: “Él va delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán, tal como les dijo.” Marcos 16:5-7. Las mujeres se llenaron de terror y huyeron sin decirle nada a nadie.



Imaginemos por un momento la impresión de aquellas damas al escuchar esas palabras, el maestro ¡vivo, resucitado!. Eso sobrepasa todo entendimiento humano, hoy vemos los milagros de Jesús cuando saca del lecho de muerte a personas como Reina,  cuyos médicos les han desahuciado, que han determinado como incurable e intratable su enfermedad, que no les dan ningún tipo de esperanzas a sus familiares y todavía así dudamos que Nuestro Padre aún vive y reina, hermanos entreguemos nuestro corazón a Cristo y el hará milagros en nuestras vidas, seremos testigos de sus misericordias.

Apariciones y ascensión de Jesús


Cuando Jesús resucitó en la madrugada del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena.  Ella fue y avisó a los que habían estado con él, que estaban lamentándose y llorando. Pero ellos, al oír que Jesús estaba vivo y que ella lo había visto, no lo creyeron. Después se apareció Jesús en otra forma a dos de ellos que iban de camino al campo. Éstos volvieron y avisaron a los demás, pero no les creyeron a ellos tampoco. -He aquí la incredulidad de los Apóstoles-. Por último se apareció Jesús a los once mientras comían; los reprendió por su falta de fe y por su obstinación en no creerles a los que lo habían visto resucitado.

Estas señales acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios; hablarán en nuevas lenguas; tomarán en sus manos serpientes; y cuando beban algo venenoso, no les hará daño alguno; pondrán las manos sobre los enfermos, y éstos recobrarán la salud. Amados siempre habrá situaciones de prueba y nuestra fe debe ser mayor a la prueba.


Después de hablar con ellos, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios.  Los discípulos salieron y predicaron por todas partes, y el Señor los ayudaba en la obra y confirmaba su palabra con las señales que la acompañaban.

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