jueves, 26 de septiembre de 2013

Evangelio de Marcos 6

Evangelio de Marcos capítulo 6

El maestro va a su tierra natal y abre sus labios para impartir sabiduría y hacer milagros, no obstante la incredulidad de sus paisanos limitó la obra de Dios en aquel lugar, por lo que el maestro se fue a los lugares cercanos, quienes recibían el mensaje. Aquí vemos por primera vez al maestro enviar a sus discípulos de 2 en 2, dándole autoridad e indicándole que no llevaran nada, esto es para que ellos pudieran conocer a Jehová Yired, el suplidor, cuando hacemos la obra de Dios el derrama su provisión sobre nosotros, efectivamente los discípulos cumplieron la comisión



Luego, el Apóstol Juan Marcos, nos reseña lo relativo a la muerte de Juan el Bautista, primo de nuestro Señor, quien tuvo el honor de bautizar al maestro, pero su mensaje era amargo para Herodes, quien había tomado la mujer de su hermano y este se lo recordaba, podemos evidenciar que en oportunidades el mensaje del reino no será del agrado de aquellos a quienes se les imparta, pero la palabra es viva, ella redarguye los espíritus. 

Seguidamente, observamos que el maestro recibe a sus discípulos y les muestra un milagro inédito, la multiplicación de los panes y peces, con 5 panes y 2 peces, los cuales  sólo los presentó ante el Padre, fueron suficientes para alimentar a una gran  multitud de  5000 hombres, sin contar las damas y niños, aunado a ello quedaron 12 cestas, aquí podemos ver al Dios de nuestra provisión operando, recuerden que antes les dijo a los discípulos que no llevaran nada para el camino, porque Dios todo lo supliría, así que después de servir a cada uno le quedó una cesta entera de provisión, no es casual el número 12, el Padre nos dice sé de qué tienes necesidad, sírveme y yo te recompensaré. Las cestas que quedaron seguramente alcanzaban o eran suficiente para cada discípulo y su familia, no hay justo desamparado ni su cimiente que mendigue Pan.


Finalmente, el maestro envío delante de él a los discípulos para despedir a la multitud de quien tenía compasión, permita Dios que esa compasión se despierte en nuestras vidas , luego de orar el maestro anduvo sobre las aguas y pese a que los discípulos se asombraron aún no habían digerido el milagro de los panes pues sus corazones no estaban preparados, vieron al maestro sobreponerse a la tempestad y reinar sobre ella, como lo hará en toda tormenta que se presente en el mar de nuestras vidas. Así pues concluimos que la palabra que se imparte a muchas personas, aunque éstas se muestren incomodas o molestas siempre les llega al corazón, solo al tiempo de Dios sentirán ese anhelo y necesidad de querer cambiar  sus vidas y su carácter. La palabra nunca regresa vacía, a su tiempo hará el efecto para el cual fue enviada.

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