Evangelio de Marcos 14
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Explicamos
anteriormente el significado de las dos fiestas que encabezan el capítulo, la
fiesta de la pascua tipo de nuestra salvación que es Cristo, y la fiesta de los
panes sin levaduras, tipo de nuestra santificación que es a través de su
sangre, decíamos que todo bíblicamente tiene una causalidad, sin salvador no habría
redención, los fariseos trataban de apresar al maestro pero aun no era su hora.
Estas
dos fiestas tenían que pasar para que se diera la tercera, la fiesta de pentecostés, que significa cincuenta y
fue donde los discípulos fueron llenos del espíritu santo, es decir, vemos que
para que se pudiese dar la entrega de nuestro Señor todo lo que estaba escrito
se debía cumplir, primero El debía ser el cordero, limpio de pecado, quien
llenaría por completo la vida del hombre, sin embargo, antes del Señor ser
entregado para el cumplimiento de su misión era necesario que su cuerpo fuera
ungido, así como nosotros debemos ser ungidos todos los días de nuestra vida
para el cumplimiento de nuestra gran comisión, esa unción la encontramos en el
perfume de nuestra adoración, el frasco
de alabastro partido, es tipo de los corazones derramados ante el padre, sin
reserva, con olor fragante. Siempre existirá quienes confronten nuestra
adoración y entrega sin reserva al maestro de hecho nos dirán que creer no es
para personas inteligentes como nosotros.
Era
necesario que antes todo su cuerpo fuera ungido con el más costoso de los
perfumes para prepararlo, así como nosotros debemos ser ungidos a los efectos
que el aceite fresco del Espíritu haga que resbale de nuestras vidas todo
ataque en nuestra contra, aquí hay un detalle precioso, es que Dios no
discrimina a ninguna persona, primero la mujer de la cual se había echado fuera
una cantidad de demonios, unge el cuerpo del maestro, fue la entendida que
preparó su cuerpo, esta estuvo dispuesta a romper el frasco de perfume, ese
perfume costoso es tipo de nuestra alabanza, hoy en día, nosotros como cuerpo
de Cristo debemos mantener esa unción de olor fragante, a través de ofrecer
diariamente nuestra alabanza, la palabra dice que sus ojos rodean la tierra,
buscando adoradores que le adoren en espíritu y verdad, porque nuestra alabanza
no consiste en cantar coros en la iglesia o reuniones, tampoco en ofrendarla en
tiempos de benevolencia, nuestra alabanza es aquella que brota de nuestros
labios en todo tiempo y ante cualquier situación.
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Al
respecto, es muy importante que entendamos que la hora estaba muy cerca y
nuestro amado Salvador aprovechaba cada instante para darle tremendas enseñanzas
a sus discípulos, una de las más importante es la relativa al sacramento de la
cena, donde cada elemento guarda relación directa con el suceso que estaba por
acontecer, y asimismo en este tiempo cuando nosotros su iglesia la tomamos
hacemos memoria de su cuerpo.
Fíjense
algo mega valioso, en el verso 15, el Señor les explicó a sus discípulos donde tomarían
la cena, y los envío a un aposento alto que estaba preparado para ellos. Qué
difícil ha debido ser para los discípulos
seguir las órdenes de Jesús, cuando
les pide que sigan a un hombre con una vasija y entren donde él llegue, para
preguntar dónde sería su cena. Así pues nosotros también debemos seguir sus
instrucciones.
Esto
guarda absoluta relación con lo escrito en el capítulo 1 de hechos, donde se
nos explica que los discípulos estaban reunidos a la espera de ser llenos de la
promesa del Padre, en el Aposento Alto, lugar de comunión donde se recibe poder
y fuego del Espíritu Santo, ese lugar debe existir en nuestras vidas, es
necesario que todos tengamos un aposento alto, lugar reservado para la comunión,
puede ser el que menos esperes, pero es necesario que lo dispongas, porque
cuando Dios tiene planes de usar a un hombre o mujer para su gloria lo llama
por diversos medios, para encontrarse con él en el aposento alto y llenarlo
absolutamente.
En
el verso 22, observamos la descripción de los elementos como el pan, este era
sin levadura, como lo dijimos antes, tipo de su cuerpo, luego la copa de vino,
tipo de la sangre derramada por nosotros, y finalmente la gran promesa que
aguardamos, saber que cuando nos reunamos de nuevo con nuestro Señor beberemos
de su copa y comeremos de su pan.
Seguidamente,
encontramos el anuncio de la negación de Pedro, y la invitación de Jesús a sus discípulos
más cercanos a acompañarlo en oración, comisión que no pudieron cumplir, hasta
ese momento ya habían transcurrido tres años de intensivo adiestramiento
espiritual, sin embargo no pudieron velar ni siquiera una hora, amados seria fácil
hacer juicio a priori, sobre los discípulos, pero a nosotros no nos sucede
diferente hoy, sé que todos anhelamos que nuestra vida de oración aumente, aquí
hay una clave poderosa.
Jesús
tenía preocupación por los discípulos, por las almas, por la fortaleza que
ellos necesitarían para soportar la persecución que estaba por venirles, al fin
de cuentas el siempre había sido atacado y perseguido, pero hasta que su hora
no llegara nada podría pasarle. Hoy su ministerio y servicio en el cielo es el
de la intercesión. Él nos sirve a quienes estamos en este mundo orando,
intercediendo ante el padre por nosotros, recordándole el sacrificio de la
cruz.
Su
angustia hoy es que cumplamos la misión, encomendada de acercar las almas a Él,
en el verso 38, se encuentra una verdad que debemos atender todos los días de
nuestra vida, dice velad y orad, para que no entréis en tentación, este es un
principio de la oración, debemos saber por qué oramos antes de entrar en comunión,
ver lo que oramos, recuérdese lo que estudiamos en mateo 6, sobre la oración,
nuestro padre que ve en secreto, el ve lo que oramos, los motivos de nuestro corazón.
Nuestro
espíritu a la vedad está dispuesto, pero la carne es débil, todos queremos,
anhelamos más de Dios, pero nuestra carne anhela cosas de la carne, por eso
debemos llevarla sujeta al madero, seguidamente vemos el arresto de Jesús, su presentación
ante el concilio, y efectivamente la negación de Pedro, dolorosa negación,
amados y amarga para Pedro cuando canta el gallo y recuerda lo que Jesús le
había dicho.
Comentarios:
Jorge:
Yosa lo que dices es muy cierto, de todo el capítulo 14 al leerlo me impactó
esta parte «vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de
mucho precio, y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramo sobre su cabeza»
y lo interprete así, la mujer somos la iglesia y debemos quebrar todo argumento
y toda estructura para derramar no solo
nuestras cargas sino también derramar y entregar lo mejor de nosotros en la cabeza que es Jesús.
Yosaphat:
Fíjate Jorge el frasco, recipiente u odre, es tipo de nuestras vidas, lo que se
derrama es nuestra adoración, la necesidad de quebrar el frasco está
relacionada con el vino nuevo que cada día debemos tener en nuestro recipiente
u odre, la palabra romper significa libertad, conocimiento, entrega, plenitud, así
debe ser nuestra alabanza, genuina, no por lo que vemos sino por lo que
creemos.
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