viernes, 11 de octubre de 2013

Evangelio de Marcos 14

Evangelio de Marcos 14

Iniciamos  el capítulo 14 del evangelio de Marcos, vemos como el Apóstol comienza narrando un acontecimiento que para todos nosotros los redimidos por la salvación de Jesús marca un antes y después, en nuestra concepción de lo que hizo por nosotros nuestro redentor, fíjense en los versos 1 y 2, dice que habían transcurrido 2 días después de la pascua, amad@s esta fiesta es muy importante para todos los Cristianos. Esta fiesta está relacionada con nuestra salvación, dice el Apóstol Pablo que Cristo es nuestra Pascua, él nos reconcilió con el Padre, ofreciéndose como el cordero pascual, todas estas fiestas se encuentran en el capítulo 23 de Levítico, primero la pascua, donde el pueblo de Israel ofrecía un cordero por su salvación, luego los panes sin levadura, tipo de la redención, la levadura en toda la biblia es tipo de pecado, cuando habla de pan, hace referencia al mismo cuerpo de Cristo, cordero de la primera fiesta (pascua), que es santo, perfecto y sin manchas, por eso es sin levadura, sin pecados.


Explicamos anteriormente el significado de las dos fiestas que encabezan el capítulo, la fiesta de la pascua tipo de nuestra salvación que es Cristo, y la fiesta de los panes sin levaduras, tipo de nuestra santificación que es a través de su sangre, decíamos que todo bíblicamente tiene una causalidad, sin salvador no habría redención, los fariseos trataban de apresar al maestro pero aun no era su hora.

Estas dos fiestas tenían que pasar para que se diera la tercera, la fiesta de pentecostés, que significa cincuenta y fue donde los discípulos fueron llenos del espíritu santo, es decir, vemos que para que se pudiese dar la entrega de nuestro Señor todo lo que estaba escrito se debía cumplir, primero El debía ser el cordero, limpio de pecado, quien llenaría por completo la vida del hombre, sin embargo, antes del Señor ser entregado para el cumplimiento de su misión era necesario que su cuerpo fuera ungido, así como nosotros debemos ser ungidos todos los días de nuestra vida para el cumplimiento de nuestra gran comisión, esa unción la encontramos en el perfume  de nuestra adoración, el frasco de alabastro partido, es tipo de los corazones derramados ante el padre, sin reserva, con olor fragante. Siempre existirá quienes confronten nuestra adoración y entrega sin reserva al maestro de hecho nos dirán que creer no es para personas inteligentes como nosotros.

Era necesario que antes todo su cuerpo fuera ungido con el más costoso de los perfumes para prepararlo, así como nosotros debemos ser ungidos a los efectos que el aceite fresco del Espíritu haga que resbale de nuestras vidas todo ataque en nuestra contra, aquí hay un detalle precioso, es que Dios no discrimina a ninguna persona, primero la mujer de la cual se había echado fuera una cantidad de demonios, unge el cuerpo del maestro, fue la entendida que preparó su cuerpo, esta estuvo dispuesta a romper el frasco de perfume, ese perfume costoso es tipo de nuestra alabanza, hoy en día, nosotros como cuerpo de Cristo debemos mantener esa unción de olor fragante, a través de ofrecer diariamente nuestra alabanza, la palabra dice que sus ojos rodean la tierra, buscando adoradores que le adoren en espíritu y verdad, porque nuestra alabanza no consiste en cantar coros en la iglesia o reuniones, tampoco en ofrendarla en tiempos de benevolencia, nuestra alabanza es aquella que brota de nuestros labios en todo tiempo y ante cualquier situación.

Permita Dios que podamos ser nosotros un equipo entendido de los tiempos y ofrecernos como alabanza sincera a nuestro rey, fíjense que los discípulos cercanos a Él, a quienes este llamaba amigos, no entendieron lo que la mujer hizo y hasta se atrevieron a cuestionar como derroche la unción con perfume costoso que hizo la mujer, amad@s asimismo sucede en estos tiempos a veces se hace lo que escrito está y se reciben fuertes críticas, señalamientos y hasta juicio de quienes forman parte del mismo cuerpo, permita Dios que todos nosotros seamos entendidos en esto. Seguidamente, como la preparación del cuerpo del Maestro estaba lista, el hijo de perdición procedió a venderlo, mientras esto sucedía, el Señor toma con sus discípulos la comunión.

Al respecto, es muy importante que entendamos que la hora estaba muy cerca y nuestro amado Salvador aprovechaba cada instante para darle tremendas enseñanzas a sus discípulos, una de las más importante es la relativa al sacramento de la cena, donde cada elemento guarda relación directa con el suceso que estaba por acontecer, y asimismo en este tiempo cuando nosotros su iglesia la tomamos hacemos memoria de su cuerpo.

Fíjense algo mega valioso, en el verso 15, el Señor les explicó a sus discípulos donde tomarían la cena, y los envío a un aposento alto que estaba preparado para ellos. Qué difícil ha debido ser para los discípulos  seguir las  órdenes de Jesús, cuando les pide que sigan a un hombre con una vasija y entren donde él llegue, para preguntar dónde sería su cena. Así pues nosotros también debemos seguir sus instrucciones.

Esto guarda absoluta relación con lo escrito en el capítulo 1 de hechos, donde se nos explica que los discípulos estaban reunidos a la espera de ser llenos de la promesa del Padre, en el Aposento Alto, lugar de comunión donde se recibe poder y fuego del Espíritu Santo, ese lugar debe existir en nuestras vidas, es necesario que todos tengamos un aposento alto, lugar reservado para la comunión, puede ser el que menos esperes, pero es necesario que lo dispongas, porque cuando Dios tiene planes de usar a un hombre o mujer para su gloria lo llama por diversos medios, para encontrarse con él en el aposento alto y llenarlo absolutamente.

En el verso 22, observamos la descripción de los elementos como el pan, este era sin levadura, como lo dijimos antes, tipo de su cuerpo, luego la copa de vino, tipo de la sangre derramada por nosotros, y finalmente la gran promesa que aguardamos, saber que cuando nos reunamos de nuevo con nuestro Señor beberemos de su copa y comeremos de su pan.

Seguidamente, encontramos el anuncio de la negación de Pedro, y la invitación de Jesús a sus discípulos más cercanos a acompañarlo en oración, comisión que no pudieron cumplir, hasta ese momento ya habían transcurrido tres años de intensivo adiestramiento espiritual, sin embargo no pudieron velar ni siquiera una hora, amados seria fácil hacer juicio a priori, sobre los discípulos, pero a nosotros no nos sucede diferente hoy, sé que todos anhelamos que nuestra vida de oración aumente, aquí hay una clave poderosa.

Jesús tenía preocupación por los discípulos, por las almas, por la fortaleza que ellos necesitarían para soportar la persecución que estaba por venirles, al fin de cuentas el siempre había sido atacado y perseguido, pero hasta que su hora no llegara nada podría pasarle. Hoy su ministerio y servicio en el cielo es el de la intercesión. Él nos sirve a quienes estamos en este mundo orando, intercediendo ante el padre por nosotros, recordándole el sacrificio de la cruz.

Su angustia hoy es que cumplamos la misión, encomendada de acercar las almas a Él, en el verso 38, se encuentra una verdad que debemos atender todos los días de nuestra vida, dice velad y orad, para que no entréis en tentación, este es un principio de la oración, debemos saber por qué oramos antes de entrar en comunión, ver lo que oramos, recuérdese lo que estudiamos en mateo 6, sobre la oración, nuestro padre que ve en secreto, el ve lo que oramos, los motivos de nuestro corazón.
Nuestro espíritu a la vedad está dispuesto, pero la carne es débil, todos queremos, anhelamos más de Dios, pero nuestra carne anhela cosas de la carne, por eso debemos llevarla sujeta al madero, seguidamente vemos el arresto de Jesús, su presentación ante el concilio, y efectivamente la negación de Pedro, dolorosa negación, amados y amarga para Pedro cuando canta el gallo y recuerda lo que Jesús le había dicho.

Comentarios:

Jorge: Yosa lo que dices es muy cierto, de todo el capítulo 14 al leerlo me impactó esta parte «vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio, y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramo sobre su cabeza» y lo interprete así, la mujer somos la iglesia y debemos quebrar todo argumento y toda estructura  para derramar no solo nuestras cargas sino también derramar y entregar  lo mejor de nosotros en la cabeza que es Jesús.

Yosaphat: Fíjate Jorge el frasco, recipiente u odre, es tipo de nuestras vidas, lo que se derrama es nuestra adoración, la necesidad de quebrar el frasco está relacionada con el vino nuevo que cada día debemos tener en nuestro recipiente u odre, la palabra romper significa libertad, conocimiento, entrega, plenitud, así debe ser nuestra alabanza, genuina, no por lo que vemos sino por lo que creemos.


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