Evangelio de Marcos capítulo 8
Según el evangelio de
Marcos la compasión de nuestro señor Jesús
era tan especial que no dejó ir sin comer a la multitud que le seguía, el temía que
al dejarlos ir se desmayaran por el
camino, así que mando a sus discípulos que repartieran entre la gente 7 panes,
tenían además unos cuantos pescaditos en ese momento, Dio gracias, partió el
pan y lo repartió quedando todos satisfechos, eran cuatro mil, luego los despidió
y se marchó.
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No tardaron en llegar los fariseos para tentarlo nuevamente
pidiéndole que diera una señal del cielo a lo cual él les contestó que no les
sería dada ninguna señal. Los dejó para embarcarse y allí Jesús les advirtió a
sus discípulos que tuvieran cuidado de no llevar con ellos la levadura de los
fariseos y la de Herodes y los discípulos murmuraban entre ellos diciendo: esto
dice el maestro porque no tenemos pan y Jesús al escucharlos los reprendió
recordándoles los milagros que ellos acababan de presenciar y les dijo acaso
tienen ojos y no ven y tienen oídos pero no oyen, pues aquí la lección era que no
se juntase la levadura de los fariseos con ellos para que no los contaminaran
de su incredulidad y mala fe.
Jesús en su infinita
misericordia continúa haciendo milagros, esta vez sana a un ciego pero para
evitar las murmuraciones de los fariseos lo saca del pueblo y en un lugar apartado le devuelve la vista de forma
progresiva pero como todo lo que el maestro hace perfecto no deja nada a media,
recupera totalmente la vista, luego le prohíbe que entre al pueblo porque ya lo
habían visto buscando de Jesús.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6pblGEgH-JnNEI1RIMNJXOQ1ob_ANoLOnoL-9QPaRA_gmi4NTW5glaMapZ0HMXwIUOCzf3pLGl4PGyWHEJ-8_hLJTkLc31oQBbSnBY15KtUmkTzainjFxkUiBRi3d8bHVzZ-aeTtOcq9G/s1600/img29.jpg)
Luego Jesús escuchaba lo que decían de él y le preguntó a Pedro quién
creía que era él y éste reunido con los demás discípulos le confiesa que él
cree que Jesús es el hijo del Señor. Jesús
continúa predicándoles y predice su muerte, les dice: —El Hijo del hombre tiene
que sufrir muchas cosas y ser rechazado por los ancianos, por los jefes de los
sacerdotes y por los maestros de la ley. Es necesario que lo maten y que a los tres días resucite. Cuando Pedro
lo oyó, lo llevó aparte para tratar de persuadirlo de que no cumpliera esa
palabra. Qué difícil debe haber sido para Pedro tener que aceptar que su gran
maestro lo dejaría y en tal circunstancia. Inmediatamente, el gran maestro
Jesús identificó la voz de satanás y le dijo:- ¡aléjate de mí satanás!. Porque estaba en contra de los designios
de su padre nuestro Dios. Y le dijo a la multitud y a sus discípulos, aquél que
me quiera seguir debe negarse a sí mismo y llevar su cruz. Porque el que quiera
salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa y por el
evangelio, la salvará.
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