Evangelio de Marcos 7

Evangelio de Marcos capítulo 7

En este capítulo Marcos relata como Jesús deja en evidencia a los fariseos y algunos de los maestros de la ley, pues éstos toman más en cuenta las tradiciones que los mandamientos de Dios, es ciertamente lo que aún sigue sucediendo, es el fanatismo por la religiosidad lo que aleja a muchos del camino del señor, los nuevos creyentes quieren y necesitan guías que le prediquen con buen ejemplo y no con una religiosidad que nada demuestra la verdad de las enseñanzas de Jesús. Jesús también dice que lo sale del hombre es lo que contamina porque muchos se preocupan por agradar al hombre y no a Dios, porque lo que sale de su boca proviene de su corazón. Todos  los males de la humanidad salen del corazón: “…los malos pensamientos,
la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, el engaño, el libertinaje, la envidia, la calumnia, la arrogancia y la necedad” Mateo 7:21-22. 

Encontramos una enseñanza ejemplar para nosotros sobre la Fe cuando a Jesús se le  acerca una mujer Sirofenicia, ella le pide por la sanidad de su hija y no se conforma con la respuesta de Jesús: Que no está bien tomar el pan de los hijos y dárselo a otros, que espere que coman los hijos. Ella  pudo darse la vuelta y marcharse, pero insistió y aceptó que el poder del señor Jesús es tan grande que con tan solo las sobras de lo que cae de la mesa de él podía salvar a su hija. Por este motivo Jesús le concede su milagro, por esa confianza que depositó en él, por entregar en él su carga, por esperar su milagro. Aun Jesús diciéndole No! Esto no fue impedimento para ella confiar, perseverar y mantenerse firme en su Fe por el Maestro.

Luego Jesús se dirige a la ciudad de Decápolis y allí sana a un sordomudo y le pide que no revele que él le ha sanado, pero cuanto más se le prohibía a la gente que sanaba, más proclamaban su nombre y la gente se admiraba de su poder.