Aspectos importantes del capítulo 4 del Evangelio de Marcos
En el capítulo 4 vemos que el Apóstol Juan Marcos, inicia diciendo: “Otra vez comenzó Jesús a enseñar junto al mar”, que frase tan maravillosa, aunque corta profunda, porque nos enseña que nuestro maestro no perdía su tiempo, no jugaba al redentor, Él tenía que rendir al máximo, enseñar a sus discípulos cada lección en la práctica, por eso su mayor oficio fue la enseñanza viva y eficaz, permita Dios que nosotros también entendamos que somos transitorios en este paso pero que vendrá un cielo nuevo y tierra nueva que amerita hombres nuevos. La gente sabía que donde el maestro estaba había solución, por eso se agolpaban a su alrededor, como lo harán alrededor nuestro en este tiempo, somos sal y luz.
En el libro de mateo vimos que la maravillosa parábola del sembrador fue descrita en el capítulo 13, aquí el Apóstol Marcos le escribe a los romanos quienes eran el pueblo, directo y al grano nos la cita rápidamente en el capítulo 4, detalle importante para nosotros, no todos recibimos la enseñanza igual.
Esta parábola para mí, es una de las más significativas y completas, porque analicemos los elementos
En el libro de mateo vimos que la maravillosa parábola del sembrador fue descrita en el capítulo 13, aquí el Apóstol Marcos le escribe a los romanos quienes eran el pueblo, directo y al grano nos la cita rápidamente en el capítulo 4, detalle importante para nosotros, no todos recibimos la enseñanza igual.
Esta parábola para mí, es una de las más significativas y completas, porque analicemos los elementos
amad@s, primero el sembrador, tipo de quienes prestan sus manos, sus pies, su alma y espíritu y todo su ser para salir en pro de regar la semilla sin importar donde esta caiga, el Señor nos recuerda nuestra gran comisión, para que nos comisiona recuerden nuestra misión es Id por las naciones, predicando, es decir la aplicación de la parábola que estamos leyendo, este sembrador no era un descuidado, no llegaba a los campos sin semillas, sabía que su misión era sembrar, amados todo lo que hacemos como bien lo dijo Adriana es una siembra que a su tiempo nos dará fruto, por ello, guárdenos Dios de sembrar semillas contaminadas.
Seguidamente habla de 4 tipos de terrenos, cada uno de ellos, es tipo de los corazones de los hombres, amados atentos, lo primero que debemos reconocer es que tipo de terreno somos nosotros, yo estoy segura que todos somos tierra buena, sin embargo, cada uno producimos en un porcentaje diferente de acuerdo a nuestro grado de compromiso, la explicación de los terrenos claramente la da el apóstol:
- 1er terreno. Los que están junto al camino, aquellos representan aquellos que son fáciles de robarle la semilla; un terreno duro que ha sido pisado, por lo cual la semilla no puede penetrar y las aves se la comieron. Ese terreno representa a aquellos en los que la semilla cayó, pero viene el enemigo y se lleva la semilla, a través de tentaciones mayormente. Aquellos en los que cayó la palabra, pero no la entienden.
- 2do. Los que están junto a pedregales son tipo de los que no tienen profundidad en el señor, se conforman con lo que oyen, pero no escudriñan lo profundo de Dios. Terreno rocoso... La semilla penetró un poco, pero al no tener profundidad la semilla se secó. Representa a un grupo de persona que reciben la palabra de Dios con gozo, pero no necesariamente con arrepentimiento y cuando llega la aflicción y las persecuciones, desechan lo que habían oído.
- 3ro. La que cae entre espinos, es tipo de aquellos corazones afanados, fáciles de engañar con lo que está de moda, lo nuevo, actual, que solo lo consiguen con riquezas, por ello su tiempo se valoró en papel moneda, no hay tiempo para Dios. Este grupo de personas escucha la Palabra y se emociona, pero luego es atraído por el reino de los hombres, las riquezas del mundo, y esto conlleva a preocupaciones que ahogan la Palabra.
- 4to. Nosotros la buena tierra, todos capacitados para dar fruto, pero el abono que tengamos determinara la producción del fruto. Estos oyen la palabra (la fe viene por el oír), la aceptan y dan frutos, unos a 30, otros a 60 y otros al 100 por uno). La fructificación puede ser diferente, ya que tiene que ver con la medida de la gracia y el don de Dios dada a cada persona (Rom. 12:3) (Ef. 4:7). También tiene que ver con nuestro grado de obediencia. Y también tiene que ver con circunstancias de la vida, que están en el plan de Dios.
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Cuando predicamos debemos entender que hay diferentes terrenos, pero no es nuestra responsabilidad determinar eso antes de la predicación. La responsabilidad del sembrador no es determinación de la condición del terreno, pero sí la predicación de la Palabra independientemente del terreno. La semilla representa la palabra... Debe ser sembrada, cultivada, toma tiempo para echar raíces, eventualmente tiene que dar frutos.El sembrador es el predicador, todos los que predican son sembradores aun cuando no sean pastores. No determina el terreno, sino el que predica indiscriminadamente.
Luego, vemos al maestro explicar porque todos los que recibimos esta palabra y la atesoramos estamos listos para dar frutos, es porque la palabra es luz y cuando la recibimos no la escondemos ella ilumina todo nuestro ser y pasa a tomar el primer lugar en nuestras mentes tipo del candelero, y el corazón de los hombres ante Dios está desnudo, pero seguidamente encontramos un punto de supremo interés en el verso 24 VRV60, es que el maestro dijo "Mirad lo que oís...", parece que hubiera un error en la redacción, como puede decir que miremos lo que se oye, pero la palabra de Dios es inerrante, dice que miremos porque en cada palabra está representada el corazón del hombre, donde no haya edificación el seguidor de Cristo no debe estar porque todo aquello que oigamos afectará la fe del hombre, recordemos que lo que aumenta por el oír, es la fe.
Miren
este ejemplo, Dios a cada uno de nosotros, nos diseñó para que llevemos muchos
frutos, no son manzanas, peras, duraznos, para eso están los árboles frutales,
si Papa quisiera que diéramos ese tipo de frutos nos hubiera hecho árboles, Él
quiere como lo dice génesis capítulo 1, que cada uno demos fruto según la
semilla de nuestro género, así que cada hombre debe parir espiritualmente
hablando hombres, para eso nos codificó el Rey, sino lo hacemos es porque estamos
en desconocimiento de los frutos que estamos llamados a llevar en Cristo, lo cierto
es que Dios ama al hombre y porque nosotros no hagamos el trabajo, Él no lo va
a dejar perder, habrá otro que lo haga y lleve más.
Comentarios:
Adriana:
En este capítulo 4 pude entender q todo lo que sembramos sea bueno o malo, es
lo q que cosechamos (recibimos) por esto debemos hacer las cosas bien!
Siguiendo los lineamientos de Dios. Jesús nos muestra aquí que si recibimos la
palabra, seamos buenos ecos y la transmitamos. Hay muchas almas que están en la
calle sedientos, necesitados de recibir las bendiciones que Dios tiene para
nosotros. No ser egoístas y guardarlas, Dios quiere que salgamos a hacer
discípulos. Hermanos lo que más me gustó de este capítulo es el versículo 24
donde les dice: Mirad lo que oís; porque con la medida con que medís, os será
medido, y aun se os añadirá a vosotros los que oís. Esto quiere decir que no
somos quienes para hablar ni juzgar a nadie, el único juez es Dios. Se continúa
hablando de la fe en el versículo 40. Debemos hermanos confiar plenamente en que
somos vencedores en Cristo y todo lo que pidamos se nos dará porque la fe es la
llave que abre todo.
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